sábado, 29 de diciembre de 2007

Gente que nunca cambia

A nuestros 15 años aproximadamente, Maca andaba angustiada porque no conseguía novio. Un día se encuentra en un boliche con Pablo, el chico que a ella le encantaba pero que no le daba bola y encima tenía una novia horrible, y decide emprender la famosa técnica propia de personas con inmadurez emocional: darle celos. Agarra a un chico CUALQUIERA del boliche, le pide QUE SE HAGA PASAR POR SU NOVIO y se lo va a PRESENTAR a Pablo. Naturalmente, se ponen a charlar los tres, y Maca descubre que el infortunado elegido resulta ser, según sus posteriores comentarios, un pelotudo. Entonces lo obliga disimuladamente durante un abrazo a "hacerse el que está en pedo". El chico accede sin ningún reparo: de un momento para otro se cuelga sobre el hombro de Maca y dice cosas sin sentido. Pablo se aburre y deja la tertulia. Maca se va enojada, dejando solo al tórtolo fugaz sin siquiera darle las gracias.

También por aquella época, estando a los besos con un tal F en una fiestita de colegio, se les acerca una compañera diciendo "Maca, F dice que cuando transa con vos se le para". F contestó "qué garca!". Cuando Maca me lo cuenta, se queja: y ni siquiera lo negó, qué asco!

Hace poco nos juntamos a almorzar en un patio de comidas y me entero de que, ya con casi 20 años, le mandó un mensajito desde el celular de su hermana al chico con el que está saliendo, diciendo "socorro, necesito ayuda!", para poner a prueba su sensibilidad. Le molestó no haber obtenido respuesta pero como el chico le gusta bastante no lo dejó ni nada.

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