jueves, 14 de agosto de 2008

I don´t care about history, cause that´s not where i wanna be

La última semana de vacaciones me quejo de que ya empieza el cuatrimestre. Me inscribo y le pido al cielo que no me salga ninguna materia así puedo dejar la facultad sin culpas de una vez. Obvio, me salen todas. Voy a la primera clase puteando en el camino y llego tarde, pero cuando salgo llamo a todo el mundo para contarle qué suerte que me anoté en esta materia no sabés lo genial que es, y corro a comprar los apuntes que me devoro en el subte volviendo a casa. Estoy al día con las lecturas, complemento con todo lo que puedo y hojeo la bibliografía optativa. Consecuentemente en el primer parcial me va bien, lo que me incentiva a seguir estudiando para el siguiente.
Pero cuando ya pasaron tres cuartos del cuatrimestre, me asqueo y no leo más nada. Aprovecho las faltas que "ahorré" hasta el momento y llego tarde a todas las clases que voy. Bajo estas circunstancias, la noche anterior al parcial cualquiera sabría qué hacer: ver qué temas entran, leer los apuntes por arriba y prender una vela (de santos o de maconhas). Pero yo pretendo leer en cuatro horas TODO lo que no leí en ese tiempo mientras lloro a gritos porque nunca en mi vida voy a terminar la carrera y la universidad no es para mí y la voy a dejar, y llego al examen con la cabeza quemada. Curiosamente me suele ir más o menos bien, y zafo chamuyando un buen oral (la trayectoria teatral ayuda enormemente). Termino queriendo internarme en el Hilton con cinco negros que me apantallen y me hagan masajes, no disfruto ni un poco las vacaciones porque siempre tengo cosas que hacer, y la última semana me quejo de que ya empieza el cuatrimestre.

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