sábado, 9 de agosto de 2008

Le quotidien

Qué bueno que estábamos todas cansadas para ir a la fiesta y me quedé en casa
durmiendo una siesta de 21 a 23
preparando una cheescake que no tengo ganas de comer hoy
comiendo en cambio galletitas de avena y coco
viendo The old Christine
haciendo un trabajo muy interesante en la compu mientras escucho Seine.

Y todavía me queda leer Tres Hermanas en la cama con el velador de luz rosa, el hornito con escencia de vainilla y el acolchado hasta el cuello.

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