jueves, 22 de noviembre de 2007

De pronto flash

Volvía del cumple de Julia a las cuatro de la mañana con un taxista gordito cincuentón re simpático que tenía una gorrita. En un momento, me dice a cuento de nada: Sabés por qué tengo esta gorrita puesta? Mirá. Se la saca y me muestra la pelada.
-Me pelé y no me gustó cómo quedé, entonces le saqué la gorra a mi hijo y me la puse. Hoy me miraba al espejo y flasheaba con eso... cómo se llama?
Comprendiendo el gesto que hacía con los brazos le dije "béisbol?", y tiré una carcajada que se habrá escuchado hasta en la luna, y él también.
-Sí, eso, flasheaba que era algo de beisbol! Con el bate y la pelotita!
-Y las manoplas!
-Sí, todo eso!

Y no es la primera vez eh, en mí los taxistas encuentran una compañía fiel y divertida en toda ocasión.

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