martes, 22 de julio de 2008

Frenesí

Hace unos meses traje a mi casa un limón que había tenido una carga afectiva para mí. Nunca lo tiré, pero no recuerdo haberlo guardado en ningún lugar especial, ni haberlo sacado de la cartera -ahí no está seguro-.
Ahora pienso que fue un error no haber podido deshacerme de él a tiempo, y con un poco de culpa reconozco que me gustaría no encontrarlo.

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