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1) Hoy mismo renuncio a esta cochambre. No aguanto más. Nada me incentiva a quedarme: mi compañera de oficina es licenciada en Publicidad y me lleva diez años y pobre hace exactamente lo mismo que yo, a todos les deben mucha plata de viáticos y demás, y aunque ya estoy hace casi un mes sigo con un trabajo pedorro que puedo hacer en dos horas desde mi casa. Ya estuve ensayando mi discurso en mi hora de almorzar.

2) El sistema del orto que puso la UBA para las inscripciones online no puede ser peor. Estoy desde las diez de la mañana tratando de anotarme al menos a una puta materia y no hay caso. Menos mal que el nombre lo avisa: un programa llamado Guaraní puede ser de todo (sabio, autóctono, cazadores-recolectores y espiritual) pero no tecnológicamente efectivo.

3) Tengo unas calzas de baile que se me caen y me las tengo que acomodar en público a cada rato, unas botas cortas con zoquetes más cortitos aún abajo que me hacen helar los tobillos, una remera de esas finitas abrigadiiiiiiiiisimas que hacen que acá adentro (en la cochambre) no tenga otra opción que cagarme de calor, y una pashmina al cuello re linda pero demasiado cortita para darle dos vueltas y entonces no abriga nada. Vestirse como el culo no siempre es combinar mal los colores.