viernes, 27 de julio de 2007

Culpa

Cuando tengo que mentir no lo dudo y soy más creíble que nadie, pero sufro horriblemente eso de que una mentira lleva a la otra, me estresa tener que acordarme de todo lo que voy mintiendo y si se trata de alguien que me importa o que quiero no te puedo contar lo mal que me hace. De verdad no me gusta nada y lo dejo sólo para cuando no tengo alternativa. Eso sí, no confieso JAMÁS y la sigo a muerte: una que te cacen ya te hace fama de trucha, y no me gusta nada.


Soy adicta al SURTIDO BAGLEY más que a cualquier otra cosa. Mi compañera de oficina dejó un paquete en su escritorio y no puedo parar. Cada galletita que saco (porque las saco de a una porque encima soy culposa) acomodo el paquete para que no se note que me bajé ochenta. Igual sólo las como cuando me las topo en algún lado o las compro para compartir con mucha gente, no me las compro para mí porque vaciaría el paquete en dos segundos y, claro, soy culposa.




Igual amo ser culposa a morir con las boludeces más grandes y que en cambio en situaciones jodidas no me tiemble el pulso y haga lo que quiera y todo me importe un pito.

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